Puestos a dedo

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Por el título puede parecer que esta entrada pretende ser una crítica hacia determinados aspectos de nuestra sociedad como el nepotismo y el tráfico de influencias. Sin embargo, no es así, porque estas circunstancias más allá del ámbito político se producen cotidianamente, como por ejemplo, en las empresas a la hora de designar puestos o cubrir las vacantes que van surgiendo.

Los recursos humanos son un factor crítico para cualquier entidad, si bien es cierto, que aquellas que tienen un mayor tamaño tienen más margen de maniobra para poder equivocarse en la contratación de un trabajador que aquellas otras que, o bien por su tamaño y escasez de recursos les obliga a afinar mucho más a la hora de contratar a alguien, o porque están comenzando su actividad y la exigencia de compromiso supera con creces al que se establece en una mera relación laboral.

En esta tesitura, y dado que en España casi el 90% de nuestro tejido empresarial son micropymes, no es de extrañar que surjan estudios o informes en los que se indique que solo el 20% de las ofertas de empleo sale a la luz y son publicadas en portales online de empleo, periódicos, clasificados u otros canales de difusión, como es el caso del estudio realizado por la escuela de negocios ESCP Europe.

Por tanto, el 80% de los puestos de trabajo que se generan en España se cubren sin haber sido publicados. Esto desde luego es una muy mala noticia para los portales online de empleo, headhunters, consultoras de RR.HH., ETTs y demás entidades que hacen de los recursos humanos sus negocios, pero que a ojos de las empresas cada vez aportan menos valor, por mucha creatividad de marketing que aquellas apliquen desarrollando nuevos conceptos como las matrices de capacidades o matrices del talento para adecuar los perfiles profesionales a los puestos de trabajo.

Seguramente no es políticamente correcto decirlo, y de hecho, puede considerarse una práctica injusta o poco ecuánime pero hay que ser pragmáticos. Utilizar las redes de contactos de los propios empleados, que en definitiva, son los mejores embajadores de una organización, facilita el proceso de selección, y si bien nunca hay garantías de escoger la opción correcta, indudablemente es un modo de minimizar el margen de error.

Imagen | Ell Brown
En Pymes y Autónomos | Recursos Humanos


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