Toda empresa que quiera contar con una buena salud financiera ha de contar, salvo algunas excepciones muy concretas, de un fondo de maniobra positivo para, de esta manera, tener un cierto margen para poder acometer sus compromisos de pago que tienen un vencimiento más reciente.
El problema es saber la cuantía de activos líquidos que tenemos que tener en nuestro balance para, por un lado, no sacrificar la rentabilidad que nos puede proporcionar la inversión en unos activos a más largo plazo y, por otro, no exponernos a problemas que pueden llevar a nuestra empresa a la quiebra. Entonces, ¿Qué cuantía es la ideal para llegar al equilibrio?
El fondo de maniobra ideal es aquel al que debería tender toda empresa en función de sus características y necesidades, pero en general debería asegurar unos niveles mínimos de tesorería de seguridad, de saldos a cobrar a clientes, de stocks de producto en los almacenes, así como unos niveles máximos de cuentas a pagar a nuestros proveedores y acreedores (en general, el exigible a corto plazo).
Por supuesto que alcanzar un nivel óptimo de fondo de maniobra no debe pasar por tensionar nuestro modelo de negocio, como perjudicar a nuestros clientes haciéndoles pagar en un período más reducido perjudicando su negocio, o bien dejando de vender una parte de nuestro stock manteniéndolo como activo circulante en balance para mantener este equilibrio.
Por tanto, el saldo medio óptimo que debería tener el fondo de maniobra debería servir para que sea posible cumplir con los pagos corrientes mediante una gestión de tesorería adecuada. En este sentido, el nivel de tesorería mínimo exigido para cumplir con esta entidad debe ser tal que cubra al menos una parte proporcional de los acreedores a corto plazo.
Evidentemente, nuestro nivel de tesorería tendrá que ser tanto más alto cuanto menor posibilidad haya de convertir el activo circulante en líquido, por contigencias no previstas como la posibilidad de que nuestros clientes no puedan pagar o que las existencias no se puedan vender.
En conclusión, un fondo de maniobra ideal tiene que cumplir dos objetivos: por un lado, no sacrificar la rentabilidad de la empresa y, por otro, ser suficiente para que cualquier contingencia no prevista pueda hacer que no cumplamos nuestros compromisos de pago a más corto plazo.
En Pymes y Autónomos | ¿Qué es el fondo de maniobra y por qué es una magnitud tan importante?
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