¿Tú te promocionas?

LALO VAZQUEZ DIAMANTE
En mis años de estudio de publicidad, mi asignatura favorita era la creatividad o la redacción de textos creativos. No comprendía en aquel momento que si de veras quieres sobrevivir en esta jungla, junto a la creatividad el posicionamiento, tu capacidad para poder hacer honor a la frase: “Nada, ni todos los ejércitos del mundo pueden detener una idea cuya hora ha llegado” (Víctor Hugo) lo importante era el posicionamiento y una idea junto a una buena estrategia.

Las ideas grandes no existen, existen los resultados grandes. En uno de mis libros me encontré con una pregunta que hoy te tralado ¿Quién eres?, no sé que estamos hablando de empresas y de trabajadores, pero ahora que los emprendedores están emergiendo con fuerza, aunque sabemos que siempre estuvieron, contesta por favor. La respuesta está en la pregunta, usted, tú no eres una sola cosa, no hay una respuesta sino varias. Pero si queremos destacar del resto busquemos un concepto que nos defina. “Soy el mejor informático de España”. Tal vez no lo seas, pero es un buen inicio, al menos sabes qué puedes llegar a ser. Siento decir que buenos informáticos los hay y muchos, pero ¿te diferencias en algo del resto?

¿Somos los mejores?

Ese concepto se da en muchos hogares. Al niño se le inculca que ha de parecerse al abuelo, al padre o al tío. Ellos han triunfado en la vida. O han sido médicos, ingenieros o cualquier profesión en la que les haya ido bien. Vivir en ese entorno o en el contrario donde eres la esperanza para unos padres, unos hermanos menores a los que sirves de inspiración puede generar mucha presión. “Serás abogado”, hombre puede que hace unos años ser abogado fuera sinónimo de prestigio social, económico y demás, pero hoy día aun respetando la profesión seamos claros: hay más abogados que estrellas en el cielo.

Por eso, esa confusión entre personas ambiciosas e inteligentes que ven su futuro un tanto dudoso porque ya ni saben qué les gusta, caen en la tentación de esmerarse. Y si se creen inferiores al padre, al abuelo o sienten miedo porque no tienen un referente, intentan compensar esa desventaja empleando horas y horas trabajando por ser el mejor. Tienen que ser mejores que los demás para alcanzar la fama o la fortuna.

Error. Nuestro aliado además del esfuerzo está claro, será el ingenio. ¿No conoces a personas brillantes que saben cómo administrar su talento? ¡Las hay a cientos, a miles! Podemos visualizar al típico oficinista en un ambiente gris, en su mesa pequeña, con los ojos rojos de tanto mirar al ordenador, dejando pasar las horas y su vida para ascender, para prosperar porque es el único camino para que reconozcan su talento. A veces ocurre, y un jefe con los ojos bien abiertos te ve y ¡magia! tu tesón ha obtenido su recompensa. Pero es tan poco habitual…

El único camino, o al menos, el que a mí me hizo sonreír cuando me hablaron de él, es el del ingenio como ya he comentado. En aquel libro se atrevían a dar la vuelta a la frase: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país.” (John Kennedy) para convertirla en algo similar: “Hay que preguntarse qué es lo que la empresa puede hacer por uno mismo”. Y el consejo que nos daban era sencillo: mantener los ojos abiertos y encontrar a la persona idónea. Curiosos estos norteamericanos.

Soy brillante pero nadie me ve

Pongámonos en situación. Somos los mejores en nuestro campo. No importa la profesión, pero nuestras expectativas son pequeñas, diminutas gotas entre las que nuestro futuro se perderá. El miedo paraliza y a veces, las personas deciden acomodarse y vivir sin esperar más de la vida. Ni siquiera sacan producto a la personal. No es malo pedir ayuda, al revés refleja humildad y talento. Desconfío de las personas que dicen ser autosuficientes ¡nadie lo es!

Como consejo añadiría el acercarse a compañías que están creciendo, se que no es un buen momento, pero el mundo desde que es mundo ha pasado por estas situaciones, así que aproxímese a quien no nota en su rictus preocupación, ¿qué sectores funcionan? Quizás desconozca el sector o crea que no está lo suficientemente preparado, pero nadie dijo que la vida fuera fácil ¿verdad? Mejor comenzar con un sueldo bajo en un puesto que no es el de sus sueños, que andar toda la vida sobreviviendo a la jornada con el temor de que le puedan echar por muy bien preparado que esté en ese campo. Es la hora del cambio.

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Imagen| LALO VAZQUEZ


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