“En mi empresa no se despide a nadie. No tienen esa política”. Escuché esta frase hace unas semanas de boca de una conocida, en una conversación sobre la crisis. No daba crédito a mis oídos. Su empresa cotiza en Bolsa y sus complicados resultados son públicos. Tras comprobar que no era una ironía intenté indagar en cómo era posible tanta convicción “con la que está cayendo”.
Los problemas de la empresa no eran una sorpresa para su empleada, todo lo contrario, los conocía y sabía sus motivos. Es más sabía cuál es la estrategia de la empresa para abordar los malos tiempos. Además, confía en los argumentos porque “nunca han mentido en nada”. Sin duda estamos ante uno de los mejores casos de éxito de una buena estrategia de comunicación interna.
La consultora especializada en gestión de personal Watson Wyatt advierte que una buena política de comunicación interna “puede marcar la diferencia entre mantener el negocio a flote o claudicar” y la clave está en la transparencia y la motivación de los empleados.
De la misma forma que esta trabajadora hablaba estupendamente de su empresa, a pesar de los problemas, ese entusiasmo también lo aplicaba a su trabajo. Está fuera de dudas que un empleado motivado y optimista es más productivo que uno dominado por la incertidumbre y los malos augurios.
Las claves de una política de comunicación interna de éxito se basan de dos potentes pilares: información transparente y leal, y una escucha activa de los empleados, entre otros.
Información transparente. Estamos en crisis y las empresas tienen problemas. ¿Por qué negarlo? Una información veraz sobre la situación real de la empresa, sobre los baches que pueda atravesar acompañada de las estrategias que se están siguiendo para superarlos es la mejor arma para evitar los dañinos rumores.
Convertir internet en un aliado. Es en la red entre la comunicaciones de los empleados en Facebook, Twitter, etc donde mayor caldo de cultivo tienen los rumores pero también es la herramienta más barata para estar en contacto con los empleados comunicando y también escuchando.
Escuchar es tan importante como comunicar. Si ya les hemos contado a los empleados lo que ocurre y lo que estamos haciendo para solucionarlo, escuchar sus propuestas es clave para conseguir su implicación con la empresa y lograr su motivación. Si saben que su esfuerzo y sus ideas son útiles darán más de sí, explica habitualmente famosa consultora británica Lesley Allman.
No olvidar la comunicación personal. La tecnología no debe suplantar a las relaciones personales. Es de gran utilidad organizar reuniones, encuentros más o menos informales y huir en ellos de lo que Tom Peter llama “el lenguaje insípido aceptable”. Es decir, hablar con naturalidad y sin discursos rimbombantes si realmente se quiere conseguir la complicidad de la plantilla.
Celebrar los éxitos aunque sean pequeños. Comunicar lo bueno también es importante. Un nuevo contrato, la renovación de una línea de crédito. Aunque a veces parecen tareas cotidianas sin importancia suman en la balanza de la motivación.
Ejemplo y humanidad. El discurso de la empresa debe ser coherente con sus actuaciones. Si pide sacrificios a la plantilla también deberá hacerlos la empresa. Detalles tan “gratuitos” como determinada flexibilidad laboral en un momento de complicación personal no cuestan nada e implican normalmente una gran valoración por parte de todos los empleados.
© Asesores de Pymes for Asesores de Pymes, 2012. |
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